La industria de la logística desempeña un papel fundamental en el movimiento de bienes y mercancías a nivel mundial. Sin embargo, el uso extensivo de combustibles fósiles en esta industria ha generado preocupaciones significativas sobre su impacto ambiental y la necesidad de buscar alternativas más sostenibles. En los últimos años han surgido combustibles alternativos que ofrecen una solución prometedora para reducir la huella de carbono de la logística y avanzar hacia un futuro más limpio y sostenible.
La logística depende en gran medida de los combustibles fósiles, como el diésel y la gasolina, para alimentar sus flotas de vehículos. Estos combustibles emiten una cantidad significativa de gases de efecto invernadero, contribuyendo al cambio climático y la contaminación atmosférica. Además, la volatilidad de los precios del petróleo y la preocupación por la disponibilidad futura de estos combustibles plantean un desafío adicional para el sector.
Los combustibles alternativos ofrecen una solución para abordar estos desafíos. Entre ellos se encuentran los biocombustibles, que se producen a partir de fuentes renovables como cultivos energéticos y residuos orgánicos. Estos combustibles pueden ser utilizados en vehículos convencionales con motores de combustión interna, lo que facilita su adopción. Además, reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuyen a la reducción de la dependencia del petróleo.
Los biocombustibles son una opción viable y de bajo impacto para reemplazar los combustibles fósiles en el sector de la logística.
La electrificación de la logística también está ganando impulso con el desarrollo de vehículos eléctricos (VE) comerciales. Los camiones y furgonetas eléctricas ofrecen cero emisiones locales y son especialmente adecuados para operaciones de entrega urbana de corta distancia. A medida que mejora la infraestructura de carga y se extiende la autonomía de los vehículos eléctricos, se espera que su adopción se acelere.
Otro combustible alternativo prometedor es el hidrógeno. Los vehículos de pila de combustible de hidrógeno producen energía eléctrica a partir de la reacción química entre el hidrógeno y el oxígeno, sin emisiones perjudiciales. Aunque la infraestructura de hidrógeno es aún limitada, se están realizando inversiones significativas para expandirla y hacer que esta tecnología sea más accesible.
La adopción de combustibles alternativos en el sector de la logística ofrece varios beneficios importantes. En primer lugar, contribuyen a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y mejoran la calidad del aire en las áreas urbanas. Además, promueven la diversificación de las fuentes de energía, lo que aumenta la seguridad energética y la resiliencia del sector logístico. A largo plazo, también pueden ayudar a reducir los costos operativos de las empresas logísticas.
La transición a combustibles alternativos no solo es beneficiosa para el medio ambiente, sino también para la rentabilidad y la competitividad de las empresas logísticas.
Sin embargo, la adopción generalizada de combustibles alternativos enfrenta desafíos y consideraciones que deben abordarse. La falta de infraestructura de recarga o repostaje es uno de los principales obstáculos, especialmente en el caso de vehículos eléctricos o de pila de combustible. Se requieren inversiones significativas para desarrollar una red de estaciones de carga adecuada y ampliar la disponibilidad de hidrógeno. Además, la autonomía de los vehículos eléctricos y de hidrógeno sigue siendo una preocupación importante, especialmente para la logística de larga distancia.
El combustible del futuro en la aviación se perfila como un componente clave para reducir la huella de carbono de esta industria. Se están realizando avances significativos en la búsqueda de alternativas sostenibles al queroseno de aviación, el combustible convencional utilizado en aviones. El desarrollo de biocombustibles de aviación, producidos a partir de fuentes renovables como cultivos energéticos y residuos orgánicos, está ganando impulso. Estos biocombustibles pueden ser mezclados con el queroseno de aviación en diversas proporciones, lo que reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y mejora la calidad del aire en las áreas cercanas a los aeropuertos.
También es importante considerar el impacto ambiental total de los combustibles alternativos. Si bien pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el punto de uso, es necesario evaluar su impacto durante la producción y considerar aspectos como el cambio en el uso de la tierra y la disponibilidad de agua.